Disciplina científica que estudia la conducta humana y los procesos mentales y afectivos. Utiliza el diálogo, la palabra, como modo de intervención primordial, así como también elementos de producción gráfica o escrita, juegos, administración de tests psicológicos, lecturas, según se trate del trabajo terapéutico con adultos, niños o adolescentes, acorde a objetivos de diagnóstico/ tratamiento, y en consonancia con premisas de la corriente psicológica de referencia.
Los profesionales que realizan el ejercicio de la psicología en Génesis, lo hacen de manera privada, con total autonomía e independencia. Cumplen con el requisito de poseer título de grado en carrera Universitaria que le habilita para tal función, y estar matriculados en el Colegio de Psicólogos de la Provincia de Buenos Aires. Cada uno de ellos, independientemente del marco teórico de referencia (psicoanalítico, cognitivo-conductual, sistémico), está formado en una concepción de la realidad humana que tiende a ser integradora.

Concibe a quien consulta como un sujeto cuya singularidad lo hace particular y único, inmerso de su medio social, multideterminado por una trama de vínculos significativos internos y externos, formando parte de un contexto histórico, inscrito en una cultura, inmerso en circunstancias socioeconómicas y políticas, que tiende a organizarse como una totalidad y unidad, en permanente desarrollo.
Psicoanálisis
Corriente que posee como objeto de estudio los procesos psíquicos inconscientes
Modelo sistémico
Profundiza en el estudio y tratamiento de las organizaciones familiares y de pareja.
Modelo cognitivo conductual
Es la corriente de la psicología que se ocupa del estudio de los procesos mentales y cómo influyen en el comportamiento humano

Psicoanálisis
Corriente que posee como objeto de estudio los procesos psíquicos inconscientes, Esto quiere decir aquellas cuestiones de las que no nos percatamos voluntariamente pero que influyen en nuestra cotidianeidad. Muchos de los síntomas psíquicos o somáticos, chistes, sueños, olvidos frecuentes, actos fallidos, etc; poseen un alto contenido de elementos inconscientes.
Desde este enfoque, atendemos a la singularidad de cada sujeto. Lo entendemos como producto de una historia, un pasado complejo donde los discursos familiares son los que van “tejiendo” nuestra subjetividad.
En este caso, el analista opera como un “arqueólogo” que se sumerge, junto con el paciente, en sus asociaciones de aquellas cuestiones que lo interpelan, para hallar su raíz inconsciente, poder descifrarlo, hacerlo consciente para la persona en función de que pueda tomar un cambio de posicionamiento en aquello que lo aquejaba.
Modelo sistémico
Profundiza en el estudio y tratamiento de las organizaciones familiares y de pareja.
Las consultas más frecuentes de familia son de índole relacionales. El modelo con que trabajamos (comunicacional relacional histórico) toma en cuenta una serie de factores para el cambio en un sistema familiar: remisión sintomática, cambios en la estructura, cambios en el modo de reaccionar al mandato familiar, incorporación de otros miembros al sistema, cambios en el discurso, cambios en lo analógico (conducta no verbal), fluidez en las alianzas.

Nuestra perspectiva concibe al individuo como ser histórico, variable en el tiempo y en sus circunstancias, y a la familia como organización humana y, en consecuencia, histórica y circunstancial. Desde estas premisas, el objetivo terapéutico será estudiar los pactos singulares de la familia que hoy nos consulta. El pacto es un acuerdo de partes para el logro de ciertos objetivos. Los pactos no son eternos y el desafío relacional será, de qué manera incorporar las transgresiones como acontecimientos que determinan un nuevo orden relacional.
El psicoterapeuta es alguien que intenta acompañar a los consultantes hacia una lectura posiblemente nueva de los conflictos. Apunta a buscar otras miradas, otros ángulos. Nuestra tarea queda definida como un acompañar a pensar, y lo hacemos participando de manera activa: en el aquí y ahora de la sesión se revisan las relaciones presentes y pasadas de los consultantes. Es un intervenir activo, no con el fin de culpar, diagnosticar, aconsejar; sino para privilegiar la construcción, la responsabilidad, la relación, la individuación, el respeto, la búsqueda, la relatividad, la duda, la incertidumbre, el cambio..
La terapia individual está indicada cuando alguien, independientemente del síndrome, o malestar que padece, quiere saber de sí. La terapia familiar está indicada en el momento en que miembros de un grupo familiar quieren saber de sí junto a otro/s. La psicoterapia sistémica es una experiencia afectiva y narrativa con los otros de la familia y frente a ellos. En la interacción misma se hacen visible alianzas, coaliciones, acuerdos, conflictos, distorsiones en la comunicación, y una variedad de modos y juegos relacionales. Consideramos que la palabra cumple una función central como vehiculizadora de malentendidos, productora de afectos, constructora de realidades creíbles. Trabajamos con la narrativa de los pacientes entendiendo que la narrativa no representa la realidad como verdad en sí misma, sino como expresión de deseos que construyen realidades.
Modelo cognitivo conductual
Es la corriente de la psicología que se ocupa del estudio de los procesos mentales y cómo influyen en el comportamiento humano, es decir, aborda la interacción entre los pensamientos, sentimientos y comportamientos de la persona. Desde esta perspectiva, se busca identificar patrones de pensamiento disfuncionales que estén causando un problema al consultante y aprender otros más afines con los objetivos de quién consulta. Es por ello que, el interés será analizar cómo las personas procesan la información, toman decisiones, resuelven problemas, almacenan y recuperan recuerdos, y cómo utilizan el lenguaje para comunicarse.
El psicólogo cognitivo se apega a un procedimiento determinado en cada sesión, sigue un orden que se traduce en el cumplimiento de objetivos específicos que son trazados conjuntamente con el paciente. Esta terapia es un trabajo en equipo en el que ambas partes se comprometen a colaborar para conseguir el éxito del tratamiento.

La centralidad del tratamiento se posa sobre problemas actuales y específicos que causan a quien consulta la sensación de encontrarse detenido en el desarrollo de su plan de vida, obstaculizado en su crecimiento personal.